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Por Kate Kelly
Una habilidad esencial para convertirse en un buen lector es saber cómo pronunciar las palabras que no conoce. Este proceso se llama decodificar, y suele aprenderse en primer grado.
Esto es lo que necesita saber acerca de la decodificación y por qué es tan importante para leer.
Qué es la decodificación
Muchas personas piensan que decodificar sucede cuando los niños aprenden el sonido que produce cada letra, pero es mucho más que eso.
La decodificación ocurre cuando los niños usan su conocimiento sobre las relaciones entre las letras y los sonidos para pronunciar correctamente las palabras escritas. Además de saber qué sonido produce cada letra, también necesitan saber conceptos como los patrones de letras. Los patrones de letras son grupos de letras que producen un sonido diferente al producido por cada letra individualmente.
Algunos niños captan esas relaciones de manera natural, pero la mayoría necesita que se les enseñen esos patrones.
El proceso de decodificar permite que los niños averigüen cómo se pronuncian la mayoría de las palabras que han escuchado pero que nunca han visto escritas (la decodificación se basa en las reglas fonéticas. Los niños necesitan memorizar las palabras que no siguen esas reglas). También los ayuda a pronunciar palabras que no conocen. Es un proceso en parte auditivo, y en parte visual.
La decodificación comienza con la capacidad de relacionar las letras con los sonidos que producen. Pero también requiere poder separar los sonidos que forman las palabras (segmentación) y mezclar los sonidos. Cuando los niños pueden hacer todas esas cosas, son capaces de pronunciar las palabras. Los lectores principiantes empiezan decodificando palabras de una sílaba y luego trabajan con palabras más largas.
Dificultad para decodificar
Algunos niños aprenden a decodificar con facilidad, otros tardan un poco más y otros tienen mucha dificultad. Cuando un niño tiene mucha dificultad para decodificar, podría ser una señal de que tiene una condición como la dislexia.
Los problemas para decodificar usualmente se evidencian cuando los niños empiezan a aprender a leer. Pero las señales de alerta pueden manifestarse antes, cuando los niños se están familiarizando con la estructura sonora de las palabras.
Por ejemplo, los niños pequeños que tienen dificultad con las habilidades de la conciencia fonológica (como separar las sílabas que forman su nombre dando palmadas) puede que más adelante tengan problemas para decodificar. De igual manera que los preescolares podrían tener problemas para reconocer palabras que rimen.
Eso se debe a que tienen dificultad para identificar los sonidos individuales que forman las palabras. Así que cuando llegan a kínder, puede que no entiendan ciertas actividades que requieren combinar sonidos para formar palabras, segmentar las palabras en sonidos individuales y relacionar sonidos con letras.
No todos los niños que tienen problemas para leer los tienen para decodificar. Sin embargo, la decodificación puede ser un problema si el niño a menudo:
- Intenta adivinar una palabra basándose en su primer o segundo sonido.
- Intenta adivinar una palabra basándose en el contexto.
- Lee muy lentamente porque tarda mucho en entender las letras.
- Tiene dificultad para entender o recordar lo que lee porque dedica mucho tiempo y esfuerzo en descifrar cada palabra.
Cómo desarrollar habilidades para decodificar en la casa
Hay muchas cosas que usted puede hacer para mejorar la capacidad de decodificar de su hijo. Los trabalenguas y los juegos de rimas son actividades que puede practicarse en cualquier lugar. El juego “veo, veo” es otra opción cuando están en el auto, en el autobús o caminando.
Si el maestro le dice que su hijo tiene problemas con las vocales, puede enfocarse en eso. Por ejemplo, escribir mar con letras magnéticas y después preguntarle qué ocurre si sustituye la a por la i.
A medida que la clase de su hijo avanza con el alfabeto, busque esas letras y sonidos en la vida diaria. Por ejemplo, señale palabras con m y p en la correspondencia que llega a casa, en anuncios, en libros que leen juntos o en las letras magnéticas adheridas al refrigerador.
También hay juegos para computadoras y aplicaciones que ayudan con las destrezas lectoras.
Si le preocupa el progreso de su hijo en lectura, consulte con la docente de aula, si es necesario que su hijo sea evaluado por la docente de educación especial, y si será necesario que asista a dicho servicio, para averiguar cuáles son las fortalezas y los retos de su hijo, y qué hacer para ayudarlo.
Recuerde que la práctica hace al maestro, debe hacer al menos 15 minutos de lectura diaria.
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